martes, 3 de febrero de 2009

Cuenta la leyenda

Sobre los deseos de ALEJANDRO MAGNO para su funeral:

1 - Que su ataúd fuese llevado en hombros y transportado por los mejores médicos de la época.

2 - Que los tesoros que había conquistado (plata, oro, piedras preciosas), fueran esparcidos por el camino hasta su tumba, y...

3 - Que sus manos quedaran balanceándose en el aire, fuera del ataúd, y a la vista de todos.

Uno de sus generales, asombrado por tan insólitos deseos, le preguntó a Alejandro cuáles eran sus razones.

Alejandro le explicó:

1 - Quiero que los más eminentes médicos carguen mi ataúd para así mostrar que ellos NO tienen, ante la muerte, el poder de curar.

2 - Quiero que el suelo sea cubierto por mis tesoros para que todos puedan ver que los bienes materiales aquí conquistados, aquí permanecen.

3 - Quiero que mis manos se balanceen al viento, para que las personas puedan ver que vinimos con las manos vacías, y con las manos vacías partimos, cuando se nos termina el más valioso tesoro que es el tiempo.

Concluimos:

El tiempo, es el tesoro más valioso que tenemos porque es limitado. Podemos producir más dinero, pero no más tiempo.

Al morir nada material nos llevamos, nos llevaremos
la satisfacción de las buenas acciones que supimos realizar.

Cuando le dedicamos tiempo a una persona, le estamos entregando una porción de nuestra vida. El mejor regalo que le podemos dar a alguien es nuestro tiempo.


 


 


 


 


 


 

2 comentarios:

Juan José dijo...

Prof. Miguel:

Que gran verdad lo del tiempo y que sabias las supuestas palabras de Alejandro Magno. Yo siempre he sido un convencido que el tiempo es lo más valioso, pero lo que me ha hecho reflexionar y pensar es sobre lo valioso que resulta como regalo darselo a alguien.

Le trataré con esto de darle algo más de tiempo a mis hijos...

Juan José

Miguel Barrios Paulet dijo...

En buena hora es algo realmente invalorable.